miércoles, 15 de mayo de 2013

Hierba buena nunca mata.

Salir de vacaciones. Tomar un micro para partir a Córdoba, como todos los años, ir a disfrutar la naturaleza.
Lamentablemente sufrir de cáncer, y sin dinero con que pagar los remedios, su salud depende del consumo de marihuana. Llevaba su hierba sin problemas a donde quiera que vaya, lo lleva en su mochila con la que pone su ropa para ir a laburar. La gente lo conoce, es buena persona.
Ese viaje, ese día, antes de empacar sus ultimas cosas para salir de su casa a subirse al micro, sintió una inseguridad con su remedio y entonces escondió sus cosas (que no era mas de 20 gramos) dentro de un frasco de café.
Subido a el micro, su miedo seguía. Viajaba con su familia.
Luego de un descanso que se tomaron los choferes del bus, subieron dos gendarmes en busca de algo ilegal, algo que quitan para después llenar los bolsillos de los de arriba. Sintió pánico al ver cómo revisaban el micro.
Tenía miedo por él, por su esposa, por su hijo. ¿Y si este personaje hubiese ido preso? ¿seria justo? Trabajó un año para pasar con su familia unas vacaciones, tan sólo dos semanas. Imagínense que por fumar faso estarían dentro de una cárcel, compartiendo espacio con gente que violó, mató, robó. ¡Absurdo!

Usuarios y cultivadores son perseguidos. ¿Por qué las fuerzas de seguridad no se dedican a combatir el narcotráfico y no las libertades individuales?


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